Anders Frisk

Hoy martes inauguramos nueva sección: “Personajes del fútbol”, lo hacemos con alguien perteneciente a ese gremio tan: odiado, repudiado, insultado, menospreciado... pero al fin y al cabo... necesario, con ustedes Anders Frisk.

Esta es la historia de una persona que, pese a amar su trabajo, tuvo que renunciar a él una vez  había conseguido llegar a lo más alto, y lo hizo porque, para mucha gente (entre los que me incluyo) son más importantes los valores del bienestar familiar que los del éxito personal.

Frisk nació el 18 de febrero de 1963 en la ciudad sueca de Goteborg. Comenzó el arbitraje en 1978 y se hizo cargo de partidos de primera división de Suecia por primera vez en 1989. Fue galardonado con la insignia de la FIFA en 1991. Además de arbitraje al más alto nivel, Frisk también actúa como un embajador de la UEFA, trabajando en la difícil situación de los niños enrolados en guerras.

Su carrera en el arbitraje fue meteórica, ya que con tan solo 28 años fue designado como árbitro internacional. En 1996, con tan solo 33 acudió a su primera Eurocopa, si bien, el mundial de Francia 98 tuvo que perdérselo por una lesión de espalda. A partir de ahí, llegaron un montón de satisfacciones a nivel profesional: arbitró la final de la Eurocopa del año 2000, presente en el mundial 2002 y arbitró de nuevo en la Euro del 2004.

Comienza la temporada 2004-2005 y esta carrera, hasta el momento de ensueño, empieza a truncarse; en septiembre de 2004, en un partido que enfrentaba a la Roma y al Dinamo de Kiev, mientras el bueno de Anders caminaba hacia los vestuarios tras pitar el tiempo de descanso... el colegiado recibe un monedazo desde las gradas y debe retirarse del campo, a ese momento pertenece la siguiente foto, finalmente el partido se dio por suspendido.

Las cosas todavía iban a empeorar más, el 23 de Febrero de 2005 Frisk arbitra en el encuentro entre el Chelsea y el FC Barcelona, en ese encuentro expulsa, por doble amarilla a Didier Drogba, jugador del conjunto londinense. Desde ese momento, comienza una campaña de acoso y derribo contra el trencilla sueco. Un grupo de pseudo-aficionados del equipo londinense no deja de hostigar al árbitro sueco y de amenazar físicamente a sus allegados. Anders Frisk, anuncia, 16 días después su retirada del mundo del fútbol, comunica:"Siento mucho tener que dejar mi puesto debido a la actitud de personas que no tienen ningún respeto por los valores humanos ni por el lema de la FIFA, Mi juego es el Fair Play", precisa Frisk en su correo a la FIFA.

Un tal José Mourinho (¿os suena?) se encargó tras, el que a la postre sería el último arbitraje de Frisk, de echar leña al fuego, con unas fuertes declaraciones, en las que insinuaba que el colegiado había tenido un trato de favor hacia el club catalán.

Y así fue como, un árbitro que amaba su trabajo, un padre que amaba a su familia, un embajador de la FIFA que amaba luchar por lo derechos de los niños... colgó para siempre el silbato por culpa de unos energúmenos, a veces nos olvidamos de que los árbitros son parte indispensable del fútbol, y de que son personas que sienten y padecen, merecen por lo tanto un respeto, un respeto, que por lo general, no le ofrecemos.

Un saludo a todos los que seguís este blog, y que con vuestros comentarios fomentáis todavía más la ilusión por llevar a cabo este proyecto.