Ver una entrada al azar
Comencemos por el personaje y sigamos por la copa.
Jules Rimet nació en Theuley-les-Lavoncourt, Francia, en 1873.
Estudió la carrera de Derecho en París y, aunque le gustaba el fútbol nunca lo practicó, por lo que se dedicó más bien a ayudar a los practicantes de este deporte.
En 1897 se reunió con unos amigos para fundar el club Red Star, que hoy aún existe y que presidió, en la actualidad este equipo parisino milita en la 4ª división francesa, el club nunca ha conseguido grandes resultados deportivos.
En 1910 se fundó la primera liga francesa, y 9 años más tarde se creó la Federación Francesa de Fútbol (FFF), que Jules Rimet dirigió desde 1919 a 1942.
En 1921 fue designado presidente de la FIFA, allí trasladó su experiencia de líder y su amor al fútbol, que lo impulsó a reorganizar la FIFA, que por entonces estaba a punto de disolverse.
No sólo promovió los torneos olímpicos de Fútbol de los años veinte, sino la Copa Mundial de Fútbol, que era su sueño más preciado, y que se estableció en 1928 y se celebró, en 1930, en Uruguay, con motivo de la celebración de sus 100 años de independencia, los anfitriones resultaron los ganadores del torneo.
En 1954 abandonó su cargo como presidente de la FIFA tras 23 años de dedicación, en ese mismo momento fue nombrado presidente honorífico de la FIFA, en ese momento contaba con 81 años.
Al año siguiente fue nominado para el Premio Nobel de la Paz.
Jules Rimet falleció en Berna, Suiza, en 1956.
Conozcamos ahora la historia de la copa:
El Trofeo Jules Rimet fue el premio original para los ganadores de la Copa Mundial. Originalmente llamado Victoria, pero por lo general conocido simplemente como la Copa del Mundo, fue renombrado oficialmente en 1946 para honrar a Jules Rimet quien en 1928 colaboró para crear la competición.
Diseñado por Abel Lafleur, se componía de una copa octagonal, sostenida por una figura alada que representaba a Niké, la diosa griega de la victoria.
Durante la Segunda Guerra Mundial, el trofeo fue conservado por el campeón de 1938, Italia. Ottorino Barassi, el vicepresidente italiano de la FIFA y presidente de la Federación Italiana de Fútbol, retiró el trofeo en secreto de un banco en Roma y lo escondió en una caja de zapatos debajo de su cama para impedir que los nazis se apoderaran de él.
El 20 de marzo de 1966, cuatro meses antes del inicio de la Copa Mundial de Fútbol de 1966 en Inglaterra, el trofeo fue robado durante una exhibición pública en el Salón Central de Westminster. El trofeo fue encontrado sólo siete días después, envuelto en periódico al fondo del seto de un jardín en Upper Norwood, Londres. Se ofrecieron 6.000 libras como recompensa, una gran suma de dinero para la época, os preguntareis ¿quién recuperó el trofeo? ¿la policía? ¿un ciudadano de a pie? ¿un cazarrecompensas? nada de eso, lo encontró un perro llamado "Pickles". Todo esto parece una broma, pero no, ocurrió de verdad, a continuación podéis ver al gran héroe del momento.
La selección brasileña ganó la Copa Mundial por tercera vez en 1970, adquiriendo el derecho de conservar el trofeo real a perpetuidad, como había sido estipulado por Jules Rimet en 1930. No obstante, la copa fue robada de nuevo el 19 de diciembre de 1983, cuando fue tomada de una exhibición en la sede de la Confederación Brasileña de Fútbol en Río de Janeiro. Yo tenía la idea de que en España la gente era un poco "chapuzas", pero desde luego en Brasil nos ganan por goleada, mucho ojo a lo que pasó por aquel entonces.
El trofeo se encontraba en un gabinete con un frente de cristal antibalas (seguridad a tope vamos), pero... ¡¡¡su parte posterior estaba hecha de madera!!! Tan fácil como usar una palanca para romper la madera y llevarse el trofeo, realmente increíble, la empresa constructora debía ser Pepe Gotera y Otilio S.A. En fin, lamentable.
El trofeo nunca fue recuperado, el 30 de diciembre de 1988 el enigma del robo de la Copa llegó a su fin. En los suburbios del barrio de Ipanema apareció muerto de siete balazos Antonio Aranha, el hombre,que ideó y lideró el robo y que fue asesinado por dos de sus cómplices a quienes no les entregó la parte del botín correspondiente. La Copa nunca apareció, por lo que se cree que fue fundida y vendida como lingotes de oro.
En la actualidad, y desde 1970, los ganadores del torneo reciben la Copa del Mundo y se la quedan por 4 años, luego se les entrega una copia de ésta. Además el nombre del campeón (en inglés) es grabado en la base, junto con el año en el que ganó. Actualmente existen nueve nombres grabados en la copa, cuando esta se llene, se creará otra copa, se espera que esto pase en el 2038.
Esta es la historia de un directivo del fútbol, que sin haber practicado nunca este deporte llevó a cabo grandes logros en los despachos, logros que han hecho este deporte todavía más grande, fijaos la importancia que tiene hoy en día un mundial de fútbol, cuantos millones de personas se pegan al televisor para visionar lo encuentros. Es también la historia de un trofeo con una trayectoria rocambolesca, desde luego digna de ser contada.
Como siempre digo, espero os haya gustado y se agradecen (y mucho) los comentarios, un saludo a todos. Mañana miércoles toca sección "miscelánea", donde tengo una lista de encargos bastante larga, tranquilos porque poco a poco iremos cumpliendo todas las peticiones.
Curiosa historia la de la copa del mundo, ajajjaaj menudo lumbreras quien se ocupó de la seguridad. Gracias por el artículo como siempre muy bueno.
ResponderEliminarSiempre hay un gran animal salvando a los humanos :)
ResponderEliminarMe ha encantado este artículo. Quien le iba a decir a este hombre que sin jugar al fútbol llegaría tan alto!